Exploradores del siglo XXI.
Historias de viajeros.
No me equivoco si afirmo que
todo el mundo tiene un cierto grado de inquietud y de curiosidad hacia lo
desconocido. Ese afán por descubrir, por llegar más allá o por conocer nuevos
lugares, sobrepasa a veces lo imaginable. En el siglo XVII, una pequeña
república europea tuvo esa inquietud. Por aquel entonces, la única motivación
que existía en la tierra para movernos de un lado a otro era la de realizar
actividades comerciales entre diferentes puntos del planeta, o por lo menos
entre los puntos de nuestro mundo que se conocían hasta el momento.
Los
Países Bajos, fueron unos pioneros en este sentido. Durante ese mismo siglo y
el siguiente, la especie humana proveniente de dicha república comenzó a
aventurarse a cualquier lugar de nuestro planeta, y lo más importante aún, no solo
por intereses comerciales, sino por motivaciones de otra índole. Estas
motivaciones fueron entre otras, numerosas inquietudes científicas,
descubrimiento de nuevas tierras, conocimiento, en general evolución
científica.
Todo
ello ocasionó que Holanda, aunque era un
pequeño país, se convirtiera en un lugar con
una gran libertad de pensamiento. Perfeccionaron barcos, avanzaron en su
tecnología, e incluso se convirtieron en los principales editores y libreros de
Europa, traduciendo escritos a otras lenguas.
Al igual
que ocurrió en el siglo XVII, está sucediendo hoy día en nuestra sociedad. En
el siglo XXI, lo que antes era Holanda, ahora es el mundo entero. Es cierto que
todavía no hemos explorado la totalidad de nuestro globo terráqueo (nos queda
lo más recóndito de nuestras profundidades marinas), pero seguimos teniendo
curiosidad por lo desconocido más allá de nuestro mundo. Mantenemos la
necesidad de saber más, de avanzar, de perfeccionarnos, de comunicarnos… ¿Con
quién? o, ¿con qué?... Pero, dejémonos de rodeos. Está claro que hay vida ahí
afuera, de eso estoy seguro. Sí, más allá de la estratosfera. Más allá de
nuestra galaxia.
Parémonos
a pensar un poquito ¿De verdad creemos que estamos solos? Sería de locos
afirmar que todos pensamos lo mismo, eso es imposible. Pero hay personas, los
nuevos “holandeses”, que tienen sus propias motivaciones, sus propias
inquietudes por saber más, por conocer, por explorar… Creo que esa es la
palabra que nos define: “explorar”. Nos hemos convertido en auténticos
exploradores de la galaxia, aunque todavía no hayamos sido capaces de viajar
más allá de la Luna. Pero ahí están nuestras inquietudes. Ese motor que nos
impulsa hacia lo desconocido.
Si en
1969 fuimos capaces de llegar hasta nuestro satélite, con una tecnología tan
básica que, hasta nuestros propios hijos dudarían de ello, qué no podríamos
hacer hoy en día. Tenemos tan solo en la palma de nuestra mano 100.000 veces
más tecnología1 que la que utilizaron Armstrong, Collins y Aldrin
para aterrizar en nuestro satélite natural, e incluso volvieron. Disculpad que
tire de ironía, pero desde mi humilde posición, la de un profesor de Tecnología
de un centro cualquiera de nuestra nación, me siento incapaz de creer que somos
los únicos seres vivos que habitamos esta y otras galaxias.
Y ahora
es cuando estaréis pensando: “Otro loco de Star
Trek [1], StarWars [2] y E.T. [3]”. Es cierto que he crecido
conociendo estas películas, aunque he de decir que nunca he sido un fanático de
ellas. De hecho, todavía me hago un lío con las de StarWars, que si la cuarta es la primera, que si la quinta es la
segunda… Lo único que sé seguro es que Yoda
es el abuelete verde bajito con bastón de orejas puntiagudas que en una de esas
secuelas pega más saltos que un rockero en un concierto de Mago de Oz [4]. Tampoco he visto todas las de Star Trek, disculpadme los seguidores de ambas sagas. Vale que E.T. y Men in Black [5] las he visto varias veces, pero lo que estoy
intentando comunicar, es que no soy un fanático del mundo extraterrestre.
Lo que
sí es cierto es que más de una vez me he parado a pensar que el universo es muy
grande para que nosotros, el ser humano y todas las especies que compartimos
este planeta, seamos los únicos seres vivos que coexistamos entre todas estas
galaxias. No estoy hablando de naves tripuladas por alienígenas más avanzados
que nosotros, ni de hombrecitos verdes de metro y
medio, gran cabeza y ojos saltones que nos visitan de vez en cuando.
Estoy hablando de vida en general. De microorganismos unicelulares, bicelulares o con las células que tengan, que puedan
habitar otros planetas. Es este y otros motivos lo que nos impulsa a explorar
lo desconocido.
Recientemente
hemos estado conmemorando los cincuenta años de la llegada del hombre a la Luna.
Este hecho ha motivado a potencias como la americana, no era de extrañar, o
como la rusa, que siempre ha estado ahí, o como la china, que viene apostando
fuerte, a preparar expediciones que, en un futuro, nos harán conocer más de lo
ya conocido de nuestro universo. Hemos sido capaces de fotografiar Marte o los
anillos de Saturno, tanto desde nuestros observatorios en tierra, como desde
naves no tripuladas que se han perdido más allá de nuestro sistema solar.
Tenemos tecnología terrestre posada en nuestro planeta vecino, enviándonos
información, no solo de lo que es hoy en día, sino de lo que fue hace millones
de años. Me cuesta creer que nos quedemos solo con esto.
Dicen
que ya ha nacido la persona que caminará por Marte. Espero seguir vivo el día
que lo haga. Aún no había nacido el día en el que Armstrong y Aldrin pisaron
por primera vez la Luna, por lo que no pude vivir ese momento. Es por eso por
lo que me gustaría presenciar en directo el día en que hagamos lo propio en
nuestro planeta vecino. No sé si ese hombre o mujer, llegado el momento, será
consciente de su hazaña, de que sus movimientos serán seguidos por millones de
personas en la Tierra, de que marcará otro hito importante en nuestras exploraciones.
Sabemos
que antes de todo eso, tendremos que construir en la Luna unas infraestructuras
tales, que aseguren la supervivencia en nuestro satélite. No porque vayamos a
irnos a vivir allí, sino para utilizarlo como campamento base. Es de lógica, porque
la gravedad en la Luna es menor que en la Tierra, y necesitaríamos menos
combustible para despegar, por lo que sería un buen lugar para colocar nuestra
plataforma de lanzamiento. Una vez superado este punto importante, nos quedaría
enviar una expedición hacia lo ya medianamente conocido, como es el planeta
Marte. Tenemos vehículos Rovers2 recabando información en dicho
planeta, además, durante este año 2020, está previsto enviar otras cuatro
misiones espaciales, cuyo objetivo principal será evaluar
si el planeta puede ser habitable. En caso afirmativo, imaginad cual sería el
siguiente paso.
Yo me
quiero poner en esta posición, imaginando que Marte puede ser habitable. A
partir de aquí nos veo enviando nuevas expediciones a otros planetas, a otros
mundos. Es posible que en estas nuevas expediciones encontremos minerales u
otros tipos de combustibles alternativos a los que ya conocemos, que aumenten
nuestra capacidad de acción y nos hagan más eficientes. Solo estamos pensando
en las personas que liderarán dichas expediciones, pero no podemos dejar a un
lado a los y a las exploradoras que desde sus laboratorios crearán y
facilitarán la posibilidad de que podamos viajar hacia otros lugares. Esos
científicos, hombres y mujeres, que trabajarán en pos del futuro. Personas a
las que, por casualidades de la vida, podría estar impartiéndoles clase hoy
día. Para mí sería un orgullo enorme haber sido parte de la motivación de estas
personas, sería algo indescriptible.
La
Tecnología está avanzando de forma exponencial. Los ciudadanos de a pie no
somos capaces de seguirle el ritmo. Hemos entrado en una fase en la que
prácticamente es incontrolable con los conocimientos generales de que
disponemos. Solo espero que, las personas que sí la controlan, lo hagan de
forma fructífera y provechosa para la humanidad. No solo pensando en ellos
mismos, sino pensando en todos, en el ser humano, y vean que es beneficiosa
para todos. Que la utilicen para el bien, para instruirnos, para formarnos, y
que evitemos conflictos entre nosotros. De momento solo tenemos un planeta, el
que hemos ido explorando desde hace siglos, y no tenemos otro.
Somos
los exploradores del siglo XXI. Nos mueve nuestro afán de conocer, de saber, de
investigar. Este será el motor que impulsará nuestros viajes al espacio
exterior. Será el motivo por el que construiremos naves que nos lleven a
lugares recónditos. Será la estimulación que necesitaremos para crear nuevos
equipos electrónicos de comunicación, de investigación, de navegación. Y la
consecuencia de todo esto será la llegada del ser humano a otros mundos. No
quiero llamarlo conquista, porque no tiene que ser ese nuestro fin principal,
sino el arribo a otros lugares desconocidos, que quien sabe, podríamos llegar a
comerciar con otros seres de la galaxia.
Vale, es
cierto que esto último me ha quedado más cerca de un guion de película de
ciencia ficción, pero como decían en la serie Expediente X [6]: “La verdad está ahí fuera”. ¡¡Explorémosla!!
Notas:
1 Se sabe que la tecnología utilizada en la fabricación de
un teléfono móvil es 100.000 veces superior al ordenador de a bordo que llevó
la tripulación del Apolo 11. De ahí la importancia de su hazaña y la esperanza
de que lleguemos aún más lejos.
2 Este tipo de vehículos son los utilizados en las últimas
misiones a Marte no tripuladas, ya que disponen de diferentes elementos que les
proporcionan autonomía suficiente y equipos para la recogida de muestras.
Durante la elaboración de este escrito se están realizando las pruebas del
último Rover que la NASA enviará a Marte.
Referencias:
[1] Star
Trek. Franquicia de medios estadounidense creada por Gene Roddenberry. Primero
nació como serie televisiva. Ya en este siglo se llevaron al cine cuatro
películas más.
[2]
StarWars. Es otra franquicia estadounidense compuesta primordialmente de una
serie de películas concebidas por el cineasta estadounidense George Lucas.
Además del ámbito cinematográfico, la franquicia incluye una amplia variedad de
productos de merchandising.
[3] E.T.
el extraterrestre. Película estadounidense de ciencia ficción de 1982 dirigida
por Steven Spielberg.
[4] Mago
de Oz. Banda de rock española de Folk Metal fundada en 1988 por el baterista
Txus di Fellatio en el barrio de Begoña en Madrid.
[5] Men
in Black. Película de ciencia ficción del año 1997 protagonizada por Tommy Lee
Jones y Will Smith. La película es una adaptación de la historieta homónima de
Lowell Cunningham. Le siguieron dos secuelas más.
[6]
Expediente X. serie de televisión estadounidense de ciencia ficción y misterio
creada por Chris Carter.
Bibliografía:
(1) C. Sagan, 1980, Cosmos,
New York, Random House.
Antonio Huertas Peña.
Ingeniero Técnico Industrial. Grado en Ingeniería.
Ingeniero Técnico Industrial. Grado en Ingeniería.
Profesor/Coordinador
FP Dual Ciclos Formativos. Departamento Técnico en Escuelas Profesionales
Sagrada Familia de Andújar, Jaén.
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